Comer puede responder a muchas señales: hambre de estómago, hambre de cabeza, hambre de corazón… Pero hoy queremos destacar dos grandes tipos: hambre fisiológica (real) y hambre emocional . Hambre fisiológica aparece gradualmente, puede esperar, cualquier alimento sirve para calmarla, desaparece al comer lo suficiente. Hambre emocional , en cambio, es repentina, necesita un alimento específico (“antojo”), responde a una emoción (estrés, aburrimiento, tristeza, alegría…), y normalmente no se satisface con “un poco”. Cuando adoptamos una alimentación intuitiva y consciente, empezamos a reconocer estas señales y a responder de forma adecuada: comer cuando tenemos hambre real, parar cuando estamos saciados, y acompañar las emociones desde otro lugar. Es importante entender que el profesional de nutrición puede ayudarte a mejorar patrones alimentarios y elecciones, pero si hay un componente emocional fuerte, puede requerirse también acompañamiento psicológico. La buena noticia: c...
Soy Cristina Borrallo, dietista-nutricionista en Cataluña. En este blog comparto consejos de nutrición personalizada, hábitos saludables y estrategias basadas en evidencia científica para mejorar tu bienestar físico y emocional. Aprende a comer de forma consciente y transforma tu salud, con un enfoque integral adaptado a tus necesidades. Consultas online y presenciales disponibles.